Somos la tercera generación (1948) de una carnicería familiar con más de 70 años de experiencia en el sector. Abuela, madre, tía… Mujeres emprendedoras que iniciaron un proyecto que hoy continuamos con la misma filosofía de trabajo y dedicación

Nuestro principio siempre ha sido el de apostar por la calidad, participando en las primeras certificaciones de carne de vacuno y trabajando actualmente con carne certificada. Creemos que la carne certificada como ecológica o como I.G.P. (Indicación Geográfica Protegida) garantiza a consumidor una carne de calidad superior, producida bajo un proceso totalmente controlado.

Otra de nuestras apuestas por la calidad es la de trabajar directamente con el pequeño ganadero. Esto nos garantiza un producto muy bien cuidado que luego repercute a nuestro entender muy positivamente en las características de la carne (color, jugosidad, terneza…).

Como carniceros compramos los animales en origen de forma que se ofrece carne a un menor precio, se ofrece al consumidor un animal al precio que demanda y el ganadero obtiene un mayor margen de ingresos.